
Jerome Powell ha sido más cauto de lo habitual ("dovish", en la jerga), e informó que espera mantener los tipos de interés por debajo de la tasa neutral, el nivel a partir del cual se considera que los tipos de interés empiezan a tener un efecto real sobre la economía. Este nivel está en el 3%.
En concreto, Powell anunció un cambio abrupto y enorme en la política de tasas de interés que la Reserva Federal había ratificado semanas atrás.
La afirmación de Powell supone un cambio de 180º en los planes de la Fed: hasta ahora su enfoque era subir el precio del dinero 4 veces en 2018 y dejarlo a finales de diciembre entre el 2,25% y el 2,5% (hoy está entre el 2% y el 2,25%). Y 3 veces en 2019 para llegar a entre 3% y 3,25%.
"Preveemos que continúe sólido el crecimiento económico, el desempleo siga bajo y la inflación cerca del 2%", dijo Powell, reafirmando el plan de la FED para subir los tipos por 4ta. vez este año en las próximas semanas.
Powell ha añadido que "también sabemos que los efectos económicos de nuestros aumentos graduales de tasas son inciertos y pueden tardar 1 año o más en realizarse".
Por ello, en su opinión, "si bien las proyecciones de los miembros del FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed que decide la política monetaria) se basan en nuestras mejores evaluaciones de las perspectivas, no hay una ruta de política monetaria preestablecida".
Este enfoque de la Reserva Federal comenzó con la anterior jefa del organismo, su predecesora, Janet Yellen.
"Los riesgos de destabilización del sistema están muy lejos de los que hubo en el pasado. Las instituciones en el corazón del sistema financiero son más resistentes. No detectamos un endeudamiento excesivo", había dicho Powell.
Pero, de pronto, Powell acaba de aceptar la presión de Donald Trump, quien había informado que discrepaba con la política de la Reserva Federal y hasta llamó "enemigo" a Powell.
Powell se ha defendido de las críticas del hombre que le designó, Donald Trump, recordando que los tipos de interés se encuentran en un nivel "históricamente bajo".
Sin embargo, los mercados de futuros venían augurando un giro de timón en los planes de la Reserva Federal porque Powell no tiene la fortaleza para enfrentar a la opiniòn de Trump.
Trump volvió a cargar el martes 27/11 contra la política de la Reserva Federal y sus subidas de tasas de interés: "No estoy feliz con mi elección de Jay", dijo Trump en una entrevista con el The Wall Street Jounal.
"Ni siquiera un poco. Y no estoy culpando a nadie, pero les digo que creo que la Fed está equivocada en lo que hace", ha agregado.
Trump ha dicho que la Fed está "loca" y es "ridícula".
"Estoy logrando acuerdos y la Fed no me lo está haciendo fácil", ha dicho Trump. "Ellos están cometiendo un error porque yo tengo una corazonada y esa corazonada a veces me dice mucho más de lo que me puede decir el cerebro de otra persona".
En la encuesta citada, sólo 7% de los inversores dijeron creer que Powell subiría los tipos de interés 3 veces en 2019. El 37% afirmó que lo haría 1 vez y el 23,9%, 2 veces. Y no se equivocaron: Trump le dobló la muñeca a Powell.
Jerome Powell llegó al Economic Club de Nueva York, con el mercado estará atento hasta qué punto mantenía su discurso de subidas progresivas hasta llegar al 3% a 3,25% en 2020.
La FED prometió 3 aumentos en 2019, pero el mercado cree que será apenas 1, ante las perspectivas de una desaceleración de la economía, peores condiciones crediticias y un aumento elevado del riesgo.
Trump culpó a la FED por el octubre horrible para las bolsas.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, preguntó en privado a los operadores de bonos e inversionistas si querían que la Reserva Federal ajustara la política monetaria mediante el aumento de las tasas de interés o a través de recortes más rápidos en su cartera de valores, dijeron 6 personas familiarizadas con el asunto.
Trump le dijo al Journal que “la Reserva Federal en este momento es un problema mucho más grande que China”. Y amplió sus críticas: “No me gustan los US$50.000 millones”.
Actualmente, la Fed está reduciendo las tenencias de bonos en su hoja de balance de US$ 4,1 billones en un máximo de US$50.000 millones por mes: US$30.000 millones de bonos del Tesoro y US$20.000 millones de deuda de agencias gubernamentales y valores respaldados por hipotecas.
Se podría considerar que Mnuchin buscó cómo impedir la ira del presidente Donald Trump contra Powell, sin afectar la importancia de la independencia de la Fed.
Trump ha culpado a Mnuchin por recomendar a Powell para el cargo. Sin embargo, Mnuchin no ha sido objeto de ninguna crítica directa y pública por parte de Trump y, a pesar de los informes de que podría salir del Departamento del Tesoro como parte de una reorganización más amplia del gabinete.
En una reunión del 30/10, Mnuchin planteó la pregunta durante la reunión trimestral regular con el Comité Asesor de Préstamos del Tesoro, o TBAC por sus siglas en inglés, que incluye a representantes de fondos de inversión y bancos. Sus miembros incluyen ejecutivos de Goldman Sachs Group Inc., Citadel LLC y JPMorgan Chase & Co. El TBAC brinda al Tesoro la oportunidad de involucrarse con los participantes del mercado de bonos para ayudar a informar los planes de gestión de la deuda.
Mohamed El-Erian, economista jefe de Allianz, criticó horas atrás a Richard Clarida, vicepresidente de la FED, por cambiar su mensaje tras la reciente corrección o toma de ganancias de Wall Street. Ahora resulta obvio que las palabras de Clarida eran un anticipo del cambio de sesgo de Powell.
En opinión de El-Erian, que Clarida haya comentado que a partir de 2019 la Fed será más dependiente de los datos antes de tomar decisiones, implica que el banco central ha cambiado su mensaje de una manera demasiado rápida frente a su anterior discurso de 'subidas graduales de los tipos de interés'.
Así, tras el discurso de Powell, los inversores ya han comenzado a esperar la denominada 'Powell put', es decir, la previsión de que el presidente de la Fed suavice la política monetaria del banco central si se producen más caídas en la Bolsa de Nueva York.
Aunque desde que en 1987 Alan Greenspan, entonces presidente de la Fed, salvó a la renta variable estadounidense tras el crash de octubre de aquel año, el mercado ha asignado esa opción a todos los presidentes de la entidad, incluyendo a Ben Bernanke y Janet Yellen.
Powell, de manera similar a Richard Clarida, ha añadido que "prestaremos mucha atención a lo que nos dicen los datos económicos y financieros que vayan llegando. Como siempre, nuestras decisiones sobre política monetaria estarán diseñadas para mantener a la economía en el buen camino a la luz de las cambiantes perspectivas para el empleo y la inflación".
Los mercados han respondido con reacciones positivas. El Dow Jones subió 1,79%. El índice S&P 500 avanzó 1,74% y el Nasdaq, cerca de 2%. La rentabilidad del bono del Tesoro a 10 años permaneció en 3%.