Se ha filtrado un supuesto borrador —en vísperas de los primeros 100 días de Donald Trump en la Casa Blanca— en lo qe se interpreta en muchos foros como una táctica para presionar a México y Canadá en la renegociación del NAFTA o TLCAN.
"Donald Trump es consciente de que su agenda política de campaña se está viniendo abajo: el decreto migratorio, la reforma sanitaria y, más recientemente, el muro con México", le dijo Ignacio Bartesaghi, experto en comercio internacional, al diario español El País.
"Parece más bien un mensaje tanto a su electorado, para hacerle ver que sus promesas siguen ahí y que no se está quedando quieto. Y a México, que cuanto más tiempo se demore la renegociación comercial, más tiene que ganar", añadió.
Según ha trascendido a partir de informaciones publicadas por la cadena televisiva NBC y el portal web Politico, hay un borrador específico para descolgarse unilateralmente del pacto que estaría ya en una fase final de redacción.
Ambos medios, que citan fuentes de la Administración Trump, indican incluso que el decreto podría estar listo para su firma “al final de esta semana o a comienzos de la próxima”, pero advierten de que "aún podría cambiar en los próximos días a medida que más que funcionarios intervengan" en el texto.
Muy interesante el enfoque de David A. Graham en The Atlantic:
Donald Trump no es el primer presidente de los Estados Unidos en enredarse con Canadá por la madera. De hecho, el 1er. Presidente de USA en hacerlo fue George Washington, a causa de una disputa sobre la propiedad de valiosos bosques en la frontera entre Nuevo Brunswick y Maine actual.
Así, a pesar de la reciente conversación de Trump sobre la relación comercial con el vecino del norte, su anuncio el martes 25/04 por la mañana de nuevos aranceles sobre la madera canadiense es en realidad consistente con lo que ha sido la política de Estados Unidos durante décadas. Donde Trump difiere de los presidentes anteriores, sin embargo, se habla públicamente a gritos sobre un desacuerdo desde hace mucho tiempo. Al hacerlo, también ha encontrado, aparentemente, un nuevo objetivo para su ira relacionada con el comercio, incluso mientras suaviza sus posturas hacia blancos anteriores como China y México.
“Vamos a poner un arancel del 20% a la madera blanda que ingresa desde Canadá", dijo Trump. En realidad, el Departamento de Comercio ya está imponiendo aranceles a una gama de empresas madereras canadienses, con una media cercana al 20%.
Trump se había quejado anteriormente en Wisconsin del problema de los productos lácteos durante una aparición. También el martes, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, emitió una declaración atacando a Canadá:
“Ha sido una mala semana para las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Canadá. El lunes 24/04, se hizo evidente que Canadá tiene la intención de cortar efectivamente los últimos productos lácteos que se exportan desde Estados Unidos. Hoy, además, el Departamento de Comercio determinó la necesidad de imponer derechos compensatorios de aproximadamente US$ 1.000 millones a las exportaciones canadienses de madera blanda. Esta no es nuestra idea de un Tratado de Libre Comercio que funcione correctamente”.
Tanto la madera como los productos lácteos son temas de disputa entre los USA y Canadá, aunque por razones ligeramente diferentes.
La industria canadiense de la madera para la construcción funciona de manera diferente a la de USA, donde la mayor parte de la tala la realizan empresas privadas en tierras de propiedad privada. La industria maderera canadiense opera en gran medida en tierras fiscales, y las empresas pagan una tarifa o un canon por la tala. Las empresas madereras estadounidenses acusan a los productores canadienses de inundar el mercado estadounidense de madera blanda producida a bajo costo (de abetos, abetos, pinos y otras coníferas).
De tanto en tanto, esta disputa se acrecienta, y luego los gobiernos de Canadá y USA acuerdan -a menudo bajo la presión de los constructores estadounidenses, que están disgustados por pagar mayores costos por la madera- y se establece una cuota de importaciones para apaciguar a todos los partidos.
El más reciente acuerdo, firmado en 2006, expiró en 2015, llevando inexorablemente a la declaración del martes 25/04. La agencia Bloomberg informó que algunos funcionarios canadienses de la madera, mientras cuestionan las acusaciones de USA, consideraron realmente los aranceles como lo menos oneroso que se podría esperar.
"Esto es tan predecible", dice Laura Dawson, directora del Instituto Canadiense en el Centro Wilson. "Es como el calendario maya: 100 años de buena cosecha y luego 10 años de caos y oscuridad".
En cambio la disputa por productos lácteos se enfoca en el firme enfoque proteccionista de Canadá para su industria.
La industria láctea canadiense está en gran medida en cuarentena: ni exporta ni importa productos lácteos. En los últimos años, los productores estadounidenses encontraron una laguna que les permitía exportar a Canadá nuevos productos que no estaban cubiertos por las normas vigentes, pero ahora Canadá se ha movido para cerrar ese nicho.
La razón de Canadá es bastante simple: es políticamente popular apoyar a granjeros lecheros canadienses. La razón por la que Trump se queja es que también es políticamente popular apoyar a los productores de leche estadounidenses. (Esto es cierto en todas las líneas partidarias: el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, elogia a Trump por el asunto de la leche, y el entonces presidente Barack Obama presionó al primer ministro Justin Trudeau con el mismo asunto cuando estaba en el cargo).
Estos irritantes instantes en la relación comercial entre USA y Canadá no han obstaculizado el comercio más amplio entre los 2 países: Canadá es el mayor importador de bienes estadounidenses y es el N°4 en la lista de exportadores a USA. Pero a causa de los desacuerdos sobre los productos lácteos y la madera -que están excluidos del listado del TLCAN o NAFTA, que elimina las barreras comerciales entre USA, Canadá y México para la mayoría de los productos.
Históricamente, USA y Canadá han realizado su camino a través de las disputas sobre los 2 productos. Pero la cuestión es si Trump, después de haber seguido el liderazgo de las administraciones pasadas sobre el agregado de aranceles, también los seguirá para romper el callejón sin salida. Si los canadienses esperaban que Donald Trump, con su pasado como constructor, tendría más probabilidades de ofrecer un buen negocio de madera blanda que el gobierno de Obama, pueden estar muy decepcionados ahora.
Trump ha enviado mensajes contradictorios sobre el comercio de USA. Y sobre su frontera norte, en general.
>"La gente no se da cuenta de que Canadá ha sido muy duro con USA", dijo el martes.
>"Todo el mundo piensa que Canadá es maravilloso y civilizado. Me encanta Canadá. Pero han superado a nuestros políticos durante muchos años, y ustedes lo entienden."
Trump parecía llevarse bien con Trudeau cuando los 2 se reunieron en febrero, y él estaba muy ansioso por reiniciar la construcción del gasoducto Keystone XL, la prioridad canadiense que Obama había tratado de matar. (Trump y Trudeau hablaron el martes, aunque una lectura de la Casa Blanca arrojó poca luz sobre las consecuencias de la llamada, excepto que hablaron de madera y productos lácteos y que "fue una conversación muy amigable").
"Usted está tratando de encontrar un estándar, y es realmente difícil decir si debemos esperar que haya un patrón en la forma en que ésta Casa Blanca se comporta en sus relaciones exteriores", dijo Dawson. "Creo que va a ir más o menos como ha ido en las negociaciones anteriores. Las cosas que son más preocupantes aquí son la fuga entre los problemas que se conocen como irritantes sistémicos y la relación comercial más amplia. Todos sabemos que no vamos a llevarnos bien con la madera blanda, pero esa no es una razón para dinamitar el TLCAN”.
Queda por ver si la Administración Trump se sentirá de la misma manera. Ha sido lenta para iniciar una renegociación formal del TLCAN o NAFTA y está pidiendo efectivamente a Canadá que frene sus industrias lácteas y madereras, pero es improbable que Trump haga concesiones sobre las prioridades canadienses, tales como dejar de comprar provisiones estadounidenses y abrir los mercados de trabajo a los trabajadores canadienses.
Una prolongada guerra comercial entre Canadá y USA perjudicaría a los exportadores estadounidenses y aumentaría algunos precios para los consumidores estadounidenses, pero probablemente perjudicaría más a Canadá, ya que el comercio con USA representa un porcentaje mayor del PIB canadiense que el comercio con Canadá representa para USA.
Pero Canadá es consciente de esto y ha comenzado a tratar de diversificar su comercio exterior, tal lo señaló un posteo en una cuenta gubernamental en Twitter:
>“Asia es un mercado cada vez más importante para la madera blanda de Canadá”.
>“Solamente China y Japón ahora representan casi el 20% de toda su exportación global”.
Asia is a growing market for Canadian #softwoodlumber: pic.twitter.com/jmpNU2bplR
— Canada Trade (@CanadaTrade) 25 de abril de 2017
Canadá está estrechando relaciones comerciales con China y otros mercados asiáticos. Irónicamente, la Asociación Transpacífica negociada por Barack Obama había abierto el mercado lácteo canadiense a las exportaciones estadounidenses, pero Trump retiró a USA de ese acuerdo.
Aunque las disputas de la madera y de la lechería no son nuevas, el ataque público de Trump a Ottawa es inusual. Es especialmente notable porque sus cuestionamientos al socio comercial estadounidense más cercano ocurren cuando él ha suavizado su línea con 2 de los países que había criticado más agresivamente en el pasado. Durante la campaña presidencial, Trump acusó a los líderes mexicanos y chinos de superar a los estadounidenses en las negociaciones, y prometió mantener una línea más dura con ellos. En cambio, él ha pestañeado al exigir fondos para su muro fronterizo con México y ablandó su lenguaje hacia China, reconociendo que Beijing no ha devaluado su moneda durante años y que necesita ayuda china para contener Corea del Norte.
Mientras tanto, él ha trasladado sus quejas a Canadá, hasta apelar a la palabra "engañosa" para calificar la relación. El acercamiento actual es una encarnación casi perfecta de la vieja máxima que dice que uno debe mantener cerca a sus amigos y más cerca a sus enemigos.