Los líderes financieros de las 20 principales economías mundiales dieron pie atrás en su promesa de mantener un sistema de comercio global abierto e inclusivo, tras no encontrar una solución de compromiso con la representación de USA, cada vez más proteccionista.
Apenas 1 referencia simbólica a la necesidad de fortalecer la contribución del comercio a la economía pudieron incorporar al comunicado los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G-20, rompiendo con una tradición de 10 años de rechazar el proteccionismo en cada uno de sus documentos.
La omisión fue una clara derrota para el anfitrión (Alemania), que había dado la pelea para que se mantuvieran los compromisos previos del grupo.
La canciller Angela Merkel acaba de realizar una conflictiva visita a Donald Trump, quien la maltrató, al menos luego del encuentro.
"Pese a lo que hayan oído en las noticias falsas, tuve una gran reunión [con Merkel]", escribió Trump en su cuenta de Twitter, para añadir acto seguido que "no obstante, Alemania debe grandes cantidades de dinero a la OTAN y se debe pagar mejor a Estados Unidos por la defensa poderosa –y muy cara– de la que provee a Alemania".
En Baden Baden, los del G-20 retrocedieron en la promesa de apoyar el financiamiento para la protección ambiental, un resultado previsible luego que el presidente estadounidense Donald Trump dijera que el cambio climático era una falsedad.
En cuanto tomó la palabra el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, quedó claro que sería imposible siquiera un texto de consenso y el documento final quedó reducido a una efímera mención en la que no se alcanza a decir más que el comercio mundial es "importante".
"Mucho peor de lo que esperábamos", confesaba por teléfono un miembro del equipo alemán. "No hay avances concretos y ningún consenso sobre el tema de libre comercio, pero hay voluntad de seguir negociando en el futuro", reconocía el presidente del Bundesbank alemán, Jensa Weidmann, que lo más que pudo decir es que "ha habido un amplio apoyo a favor de la idea de los mercados abiertos".
Al hecho de que el proteccionismo de la nueva administración estadounidense no haya podido ser placado en el G-20, como deseaba la mayoría de sus miembros, se suma la grieta que aparece en este foro multilateral y su nueva incapacidad para lograr consensos que sirvan de mecanismo de coordinación con efecto de estabilidad financiera global. "Para la formulación de un comunicado no pudimos encontrar el equilibrio", admitió el anfitrión, el ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble, recordando la importancia de "respetar la postura de Estados Unidos".
"Estamos trabajando para fortalecer la contribución del comercio a nuestras economías", dijeron los jefes de Finanzas tras 2 días de reuniones, sin lograr ratificar compromisos anteriores de un comercio multilateral inclusivo, abierto, basado en reglas, transparente y no discriminatorio.
Bajo el lema de "USA Primero", el Gobierno de Trump ya se había excluido de un acuerdo comercial principal y propuso un nuevo impuesto sobre las importaciones, argumentando que por la protección de los trabajadores estadounidenses se debían reformular ciertas asociaciones comerciales.
"Desde mi punto de vista, lo que estaba en el comunicado anterior no es necesariamente relevante", afirmó Mnuchin en una conferencia de prensa en la ciudad alemana de Baden Baden. "Sé qué es lo que buscan el Presidente y sus políticas y yo las negocié desde aquí. No podría estar más feliz con el resultado", agregó.
"Creemos en el libre comercio, estamos en uno de los mercados más grandes del mundo, somos uno de los mayores socios comerciales en el mundo, el comercio ha sido bueno para nosotros, ha sido bueno para otra gente. Dicho esto, queremos reexaminar algunos acuerdos", afirmó, citando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), algunas normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que deben ser cumplidas mejor y acuerdos más viejos que podrían tener que ser renegociados.
Aunque el Gobierno está revisando también la regulación financiera, Mnuchin prometió respaldar el estancado acuerdo Basilea III, un gran intento global para regular de forma persistente a los prestamistas.
"Esperamos que haya una resolución sobre los cambios de Basilea III/IV", dijo Mnuchin. "Debemos asegurarnos de que traemos unidad al mercado internacional".
FMI
A la vez, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dijo que el crecimiento global está ganando fuerza, pero advirtió que las "políticas erróneas podrían frenar el nuevo impulso".
"Nos reunimos en un momento en el que el crecimiento está ganando fuerza en todo el mundo y hay indicios de que la economía global está en un punto de inflexión, aunque sigue habiendo incertidumbre", declaró Lagarde.
En un comunicado emitido al cierre de la cumbre del G-20 en Baden Baden, Lagarde dijo que el foro es una "plataforma fundamental para que las grandes economías trabajen juntas en un marco establecido".
Su comunicado no mencionó que los líderes no lograron llegar a un acuerdo de consenso que apoyara el libre comercio, en un retroceso respecto a sus compromisos previos de rechazar el proteccionismo.
"La cooperación global y seguir políticas adecuadas puede ayudar a alcanzar un crecimiento fuerte, sostenido, equilibrado e incluyente, mientras que políticas erróneas podrían frenar el nuevo impulso", dijo Lagarde, una defensora incansable de la apertura comercial y de una mayor integración global.
La funcionaria reafirmó la disposición del FMI a mejorar la cooperación global, incluyendo medidas de "una vigorosa supervisión del tipo de cambio y el análisis de los desequilibrios globales".