"La evolución de los precios es la constatación de que la economía de USA atraviesa por su mejor momento desde la Gran Recesión", escribió Sandro Pozzi, desde Nueva York, para el madrileño El País.
Otro dato divulgado el jueves 12/07 mostró que las solicitudes iniciales de subsidios por desempleo bajaron y el mercado laboral sigue mejorando.
Pero la inflación de junio creció 0,1% respecto de mayo, cuando la expectativa que tenía el mercado era 0,2%.
El incremento es significativo si se tiene en cuenta que “En los 12 meses hasta junio, el IPC aumentó un 2,9%, el mayor incremento desde febrero de 2012, tras avanzar un 2,8% interanual en mayo”, señaló el Ministerio de Trabajo. Hace 1 año la tasa de inflación anual rondaba el 1,6% y hace 3 años la situación era casi deflacionista.
El dato mensual de junio es 1 décima más moderado de lo esperado. Pero el indicador mete más presión a la Reserva Federal, en términos de inflación subyacente o núcleo (la que no toma en cuenta ni los productos energéticos ni los alimenticios sin elaborar), porque aumentó 0,20% en junio [igual que en mayo]; e incrementó el comportamiento anual del IPC“subyacente” a un robusto 2,3% al 6to. mes del año:“la mayor alza desde enero de 2017”, informó Reuters.
No se espera que el banco central de USA aumente los tipos de interés en su reunión a comienzos de agosto. Pero sí podría hacerlo en septiembre y en diciembre. La Fed elevó las tasas de interés en junio por 2da. vez este año.
La inflación no es una fuente de preocupación para Jerome Powell, titular de la Reserva Federal, porque su argumento es que este repunte en los precios se debe a factores transitorios vinculados al encarecimiento del precio petróleo. La última proyección publicada por la Fed anticipa que se estabilizará pronto y que de ahí volverá a bajar para colocarse cerca de la marcha de referencia del 2%.
De lo contrario, la suba de la tasa de interés tendrá que ser más agresiva.
Lucia Mutikani escribió desde Washington DC para Reuters: "Los precios al consumidor en Estados Unidos apenas subieron en junio, pero la tendencia subyacente siguió apuntando a un incremento sostenido de las presiones inflacionarias que podrían mantener a la Reserva Federal en su senda actual de alzas sostenidas de las tasas de interés."
"La inflación en Estados Unidos sigue acelerándose gradualmente en respuesta a una economía casi completamente empleada, con cierto empujón de los aranceles", comentó Sal Guatieri, economista senior de BMO Capital Markets en Toronto. "La Fed tiene todos los motivos para aplicar un alza de tasas nuevamente en octubre", agregó.
Acerca de las presiones inflacionarias y el pulso comercial dificultan la tarea de la Fed, escribió José Luis de Haro en elEconomista, de Madrid:
"Los economistas encuestados recientemente por el Wall Street Journal determinan que la Reserva Federal ha encendido ya su piloto automático y seguirá subiendo tipos una vez por trimestre. Con el mercado laboral operando a su máximo potencial y la inflación cumpliendo las metas del banco central estadounidense, el mercado descuenta que la manivela monetaria subirá en 25 puntos básicos el próximo 26 de septiembre y hará lo propio en la comitiva que culminará el próximo 19 de diciembre.
Sin embargo, con los precios registrando niveles interanuales no vistos desde febrero de 2012, el aumento del barril de crudo (a la espera de que la Administración Trump restaure las sanciones sobre Irán) y el ataque arancelario de la Casa Blanca a Beijing, el margen de error para Jerome Powell y el resto de los miembros del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) es cada vez más limitado.
A principios de este año, Trump impuso aranceles a los lavarropas y paneles solares extranjeros. En abril, los precios de esos artículos subieron un 9%; en mayo, lo hicieron un 6% más.
En ambos casos estamos hablando de los mayores incrementos de precios mensuales desde que los datos comenzaron a registrarse en 1977.
Paralelamente se han aplicado aranceles del 25% y el 10% respectivamente a las importaciones de acero y el aluminio e instigado un azote a China, al que ya se gravan una lista adicional de productos por valor de 34.000 millones de dólares a una tasa del 25%. Este catálogo podría ampliarse hasta casi el medio billón de dólares, eso sí, con un gravamen del 10%.
Esto está sucediendo en un momento en que otros indicadores de inflación comienzan a hacer sonar algunas alarmas. El Indicador de Inflación Subyacente (UIG, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal de Nueva York, que agrega información del mercado financiero a los precios de bienes y servicios para lograr una medida más precisa de la dinámica inflacionista, alcanzó en mayo una lectura del 3,27%, el nivel más alto desde septiembre de 2005, según señala Anthony Mirhaydari, fundador de The Edge, una newsletter especializada en estrategias de inversión.
Este termómetro tiende a liderar los precios al consumidor con un adelanto de 15 meses. Esto sugiere que la inflación podría aumentar en los próximos meses hasta llegar al 2,8%, un nivel que no se veía desde 2006, cuando los tipos de interés rondaban el 5% ciento en lugar del 1,8%.
"La Fed continúa su apego a su plan gradual de normalización de políticas, que esencialmente significa un aumento de tasas cada trimestre. Sin embargo, a corto plazo, el equilibrio de riesgos se inclina hacia decisiones más rápidas a pesar de la preocupación del mercado financiero por el potencial de una guerra comercial dirigida por los aranceles", determinan los analistas de ING.
En estos momentos, el GDPNow que calcula la Fed de Atlanta, estima que en el segundo trimestre la economía de EEUU habría crecido a un ritmo del 3,9%, lo que supone un repunte del 2% registrado en los tres primeros meses del año. Aún así, con el efecto impulso de los recortes sobre el impuesto de sociedades perdiendo impulso y la inflación salarial dejándose notar en el margen de beneficio de las compañías, el ciclo económico actual, uno de los más largos de la historia, comenzará a mostrar signos de flaqueza.
El control de los precios puede forzar a Powell a tener que tomar medidas inesperadas por el mercado, algo que puede generar sobresaltos en los mercados y también frenar la economía para evitar un sobrecalentamiento desmesurado. Una situación que incomodará a la Casa Blanca y especialmente al presidente de EEUU, Donald Trump.
El mandatario podría ver como su objetivo de hacer crecer a EEUU por encima del 3% se desvanece por completo al tiempo que el atosigamiento económico podría entorpecer su campaña electoral en 2020. Para entonces, hay algunos inversores que ya comienzan a atisbar una bajada de tipos por parte de la Fed, pero eso está por ver."