"A medida que aumentan las tensiones, los inversores de fondos se refugian y buscan oportunidades en los activos de USA", explica Fiona Nguyen, analista del Instituto Internacional de Finanzas (IIF, por sus siglas en inglés). Los activos estadounidenses representan ya el 58% de las carteras de fondos mundiales, el nivel más alto desde 2016, justo antes de las elecciones presidenciales que Donald Trump le ganó a Hillary Clinton.
Pese a la volatilidad y los indicadores bursátiles estadounidenses de febrero -cuando cambió la conducción de la Reserva Federal- desde abril el dólar no tiene freno. Fue consecuencia del 23/03: la Administración Trump informó sus nuevos aranceles al acero y aluminio extranjero, algunas excepciones y la escalada de las tensiones: la guerra comercial provocó volatilidad, y el dólar fue directo beneficiario de la incertidumbre.
Entre abril y fines de junio, los inversores han inyectado US$ 40.000 millones a Wall Street y US$ 8.000 millones a los fondos de renta fija. La aspiradora es muy fuerte.
Para provocar la inestabilidad, Trump no sólo se enfrentó a Europa y China. También abandonó el acuerdo nuclear con Irán y, más recientemente, colisionó con Turquía. En tanto, su economía avanzó +4,1% en el 2do. trimestre y mantiene un ritmo de +4,3, según los datos de la Reserva Federal de Atlanta.
El mercado laboral ha sumado una media de 215.000 empleos al mes desde comienzos de año, y los beneficios empresariales disfrutan de la reforma fiscal del 22/12/2017.
La rentabilidad acumulada por el MSCI USA en lo que va de 2018 es +6,4%, y el MSCI World (excluyendo a USA) da -6,6% mientras que el MSCI Emerging Markets es -4,6%.
En China se desaceleró el crecimiento de la inversión en activos fijos, a un mínimo histórico.
La Argentina corrió al Fondo Monetario Internacional.
¿Y Turquía?
"Aunque nuestros economistas no esperan que la crisis turca se extienda, dado que los problemas parecen ser más endémicos que sistémicos para los mercados financieros mundiales, nos mantenemos atentos a la probabilidad de que la situación empeore", avisa Sam Stovall, estratega jefe de CFRA.
Sin embargo, la lira turca, todavía muy castigada respecto a las principales divisas, recupera parte de lo perdido. La divisa de Turquía acumula un repunte de 2 dígitos en 2 días, después de la sangría de más del 30% que había acumulado entre julio y agosto.
La moneda sube después de que el Banco Central limitara el uso de derivados sobre la divisa -prohibió los ‘swaps’ o permutas sobre la lira desde los bancos propios, lo que ha dificultado a los inversores abrir posiciones cortas contra la divisa- e inyectara otros US$ 6.000 millones de liquidez en el sector financiero.
Turquía resiste y se niega a acudir al FMI tal como lo hizo la Argentina para frenar el desplome de la divisa.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha dado un giro a su discurso, muy agresivo respecto a Occidente. Ahora él asegura que “si ellos tienen sus dólares nosotros tenemos a Alá” y pide a los ciudadanos buscar dólares, euros y oro para cambiarlos por lira y defender así su moneda.
El vocero Ibrahin Kalin, ha señalado que espera que una solución a los problemas que mantiene con USA. Trump anunció el viernes 10/08 una subida para los aranceles a la importación de aluminio y de acero desde Turquía que, aunque no son muy importantes, sirvieron para acentuar el conflicto diplomático y provocar un nuevo desplome de la lira, y Ankara respondió con más aranceles.
La disputa viene de lejos, con el encarcelamiento en Turquía del pastor evangélico estadounidense Andrew Brunson, una respuesta turca a la negativa de la Casa Blanca de extraditar al clérigo Fethulá Gulen, exiliado en USA y al que Ankara culpa del golpe de Estado fallido de 2016.
Además, el aliado Qatar ha prometido US$ 15.000 millones en inversiones.