Theresa May ha conseguido el apoyo del Gobierno británico al acuerdo técnico que ha firmado con la Unión Europea para gestionar el Brexit, tal como se denomina a la salida de Reino Unido del club comunitario.
“Creo que el acuerdo que se ha tomado es el mejor para el interés del conjunto del Reino Unido y el mejor que podía ser negociado”, afirmó May en una breve declaración a las puertas del Nº 10 de Downing Street. La primera ministra, quien irá el jueves 15/11 al Parlamento a explicar los detalles del preacuerdo, reconoció que las negociaciones habían sido “especialmente difíciles” por las desaveniencias en torno al futuro de la frontera irlandesa.
"La decisión colectiva del Gabinete ha sido que el Gobierno debe apoyar el borrador del acuerdo", ha explicado May, al final de una maratónica reunión con sus ministros.
Consciente de que ella necesita el apoyo del Parlamento británico para que resulte aprobado el acuerdo tan criticado por conservadores como laboristas, May ha dicho que el texto "defiende firmemente el interés de todo el Reino Unido y cumple con la promesa del referéndum".
Los analistas consideran que May se juega su futuro político en la aprobación del acuerdo por el Parlamento.
Por ese motivo ella ha añadido que "el acuerdo protege a los empleos y a los sindicatos" y que es "una decisión que se someterá a un intenso escrutinio".
Algunos afirman que May poco menos que se rinde a las principales exigencias de la UE.
Así, Reino Unido permanecerá en una unión aduanera con la UE, mientras que Irlanda del Norte se mantendrá como parte del mercado común de bienes y personas, con las mismas leyes de competencia, agricultura y medio ambiente y supervisión del Tribunal de Justicia Europeo.
Para evitar la división política del Reino Unido, el territorio restante a Irlanda del Norte aplicará las normas europeas, permaneciendo de facto como un miembro más mientras no se llegue a un acuerdo alternativo.
Las dos partes prometen "hacer lo posible" para alcanzar un nuevo pacto en 2020, cuando se termine el periodo de transición en el que Reino Unido seguirá aplicando las leyes europeas, aunque no hay ningún tipo de garantías.
Si no se alcanza un nuevo acuerdo para 2020, se podría extender la pertenencia de Reino Unido a la UE, o generalizar las leyes acordadas sólo a Irlanda del Norte.
May explicó: "Creo con mi cabeza y corazón que esta decisión va a favor del interés nacional de todo el Reino Unido".
"Es mi obligación explicar nuestra decisión, y [el jueves] daré una declaración en el Parlamento", agregó May. De acuerdo a su punto de vista, e su plan "es mejor que no hacer el Brexit y violar el mandato del referéndum, hacer un Brexit sin acuerdo o lanzarnos a la incertidumbre de otra votación".
"Las opciones que se nos presentaron fueron difíciles, particularmente en relación con la situación de Irlanda del Norte. Pero la decisión colectiva del Gabinete fue que el Gobierno debe acordar el borrador del acuerdo de retirada y el esbozo de la declaración política", ha añadido ella.
El Gobierno británico ha publicado en internet el borrador del acuerdo que ha firmado con la Unión Europea con el objetivo de que tanto los críticos como los que prevén apoyar el texto puedan valorarlo plenamente antes de posicionarse públicamente.
Los inversores descuentan que May ha conseguido el apoyo de su Gobierno, pero anticipan que todavía le queda el trabajo más complicado: conseguir la aprobación del Parlamento.
"La reacción silenciosa de la libra muestra que la amenaza para el liderazgo de May sigue vigente", afirma Simon Harvey, analista de Monex Europe. En su opinión, sólo si el Partido Conservador respalda sólidamente el acuerdo que defiende la premier, la divisa británica puede protagonizar un rally frente al euro y el dólar.