Tal como una película que uno ya vio una y otra vez, el drama griego se repite de manera cíclica. El país gasta más de lo que tiene, se endeuda, no puede pagar, Europa lo rescata bajo la exigencia de que ajuste, el país sigue gastando más de lo que tiene y se sigue endeudando para pagar sus deudas. 2016 no es la excepción a la regla.
En julio, el país tiene un vencimiento de US$ 4.000 millones y los líderes financieros de los países europeos ya se han reunido para discutir cómo harán para ayudar a Atenas para que no entre en default. Entre las medidas barajadas, estaría extenderle los vencimientos de los préstamos a Grecia, limitando los pagos anuales y las tasas de interés del dinero prestado a Atenas.
Según el diario The Wall Street Journal, bajo la propuesta de la Unión Europea, Grecia no deberá pagar lo que debe por más de 37 años. El interés sobre este dinero estaría limitado al 2% hasta 2050.
El anterior rescate fue aprobado a mediados de 2015, por un monto de 86.000 millones de euros, o US$ 98.000 millones. “Esencialmente, esto le quita la crisis de los hombros a (el Prmier Ministro) Tsipras, a la canciller alemana, Ángela Merkel, al Presidente francés, François Hollande, y a otros líderes europeos, y se la pasa a sus nietos. Le permite a Europa darle a Grecia un agudo alivio de deuda sin tener que de hecho recortar la cantidad de dinero que Atenas debe. También extendería una crisis que empezó en 2010 hasta el 2050”, advirtió David Francis, de la revista estadounidense Foreign Policy.
Sin embargo, para otorgar el último tramo del rescate, la Unión Europea quiere que Alexis Tsipras obtenga US$ 4.600 millones adicionales en recortes, algo que él dice que es imposible.
No obstante, el Parlamento griego acaba de aprobar una serie de medidas de ajuste (que ya desataron protestas violentas en las calles, otras viejas conocidas de la película griega). El 24/05 es la fecha límite para entregarle a Tsipras los US$ 4.000 millones que necesita para pagar en julio. Antes de esa fecha, deberán llegar a un acuerdo Grecia y la UE.
Breve historia de los rescates griegos
“El escándalo griego se desató en 2010, cuando se descubrió que Atenas llevaba años perpetrando una suerte de estafa diseñada por Goldman Sachs –básicamente, refinanciar su deuda a través de derivados financieros para aplazar los pagos durante años y en algún caso incluso recibir algo de dinero por adelantado—y el Gobierno heleno reconoció que su déficit público estaba en el 15% del PIB y encendió todas las alarmas”, describe el periódico español El País.
Hay que recordar que en ese momento el mundo sufría los efectos de la Gran Recesión, pero es cierto también que Grecia tenía un déficit fiscal descomunal desde hacía mucho tiempo.
Desde la década del '80, la deuda pública griega no paraba de crecer. En abril de 2010, en medio de fuertes caídas en las principales bolsas europeas, una agencia de calificación de riesgo valoró la deuda soberana griega en el nivel de títulos especulativos o bono basura, según destaca Wikipedia, dejando al país sin acceso a los mercados para poder financiarse.
Grecia solicitó entonces un rescate financiero y se convirtió en el 1er. país de la eurozona en recibir un plan de ayuda internacional, por un monto de 110.000 millones de euros, prestados por 14 estados miembros de la eurozona representados por la Comisión Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional, que conforman la Troika.
“Europa rescató por primera vez a Grecia en mayo de 2010 con un crédito a elevados tipos de interés asociado a un programa de austeridad salvaje que fue un verdadero fiasco. Un par de años después hubo un segundo rescate, algo más realista, que incluía una quita de los acreedores privados y una reestructuración de deuda por parte de los socios europeos: otro desastre (al que siempre ha contribuido de alguna manera Grecia, de la que nadie termina de fiarse en Europa)”, describe El País.
“La 3ra. variación de ese fiasco estuvo a punto de llevarse al país del euro, provocó un corralito y acabó en un 3er. programa de 86.000 millones de euros, negociado el verano pasado con el Ejecutivo de Syriza, que llegó a convocar un referéndum para acabar aceptando las condiciones europeas.”
Crónica de un rescate anunciado
El 14/08/2015, el Eurogrupo aprobó un 3er. auxilio financiero a Grecia, para evitar la quiebra del país y la salida del euro, también conocida como “Grexit”.
“En la película Groundhog Day, de Harold Ramis –conocida en Hispanoamérica como Atrapado en el Tiempo, Hechizo del Tiempo o El Día de la Marmota–, el tiempo se detiene de una manera muy peculiar para el protagonista. Un arrogante meteorólogo interpretado por Bill Murray despierta cada día, se percata de que es el 02/02 y vive las mismas experiencias, una y otra vez, sin esperanzas de poder salir de esa demencial rutina. La historia del rescate económico de Grecia se asemeja a la de Groundhog day en más de un sentido”, escribía en ese entonces Sabine Kinkartz, del medio alemán Deutsche Welle.
En ese momento, Kinkartz ya tenía la visión de que ese préstamo se evaporaría rápido para los griegos. “Y es que 54.000 millones de los 86.000 millones de euros en cuestión serán orientados inmediatamente hacia el pago de los compromisos griegos. Atenas se endeuda de nuevo para poder pagar sus deudas previas. Y esas deudas nuevas deben cancelarse en algún momento. Pero, ¿con qué dinero?”, se preguntaba.
“Otros 25.000 millones de euros irán a parar a las manos de la banca local para evitar su quiebra. Otra vez. Algunos millones fluyen hacia las arcas del Estado griego, pero esos recursos ya han sido gastados de antemano. En Atenas abundan las cuentas pendientes. De ahí que el dinero desaparezca tan pronto llega a territorio heleno. ¿Y después?”.
Kinkartz daba en la tecla cuando se hacía la pregunta clave: ¿alcanzan los recursos económicos asignados para convertir a este Estado disfuncional en uno eficaz? El panorama, para Deutsche Welle, no era esperanzador: “La respuesta es evidente: el 3er. rescate económico de Grecia será seguido por un 4to. auxilio, y un quinto, y así sucesivamente.”
Diferencias en el Gobierno alemán sobre qué hacer con Grecia
Hoy, los líderes alemanes difieren sobre lo que hay que hacer con la deuda griega, según reportó el periódico Hellenic Shipping News. Por un lado, está la postura del vicecanciller y ministro de Economía, Sigmar Gabriel, quien dijo que la deuda griega debe ser reducida.
Gabriel, líder de los socialdemócratas, dijo que los ministros de Economía de la eurozona deben encontrar una manera de ayudar a Grecia a salir de su círculo vicioso.
“Todos saben que este alivio de deuda tendrá que llegar en algún momento. No tiene sentido eludirlo una y otra vez”, dijo Gabriel. Estos comentarios van en contra el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, de la Unión Demócrata Cristiana (UDC) –partido de Merkel-, que se niega a apoyar un alivio de deuda a gran escala para Atenas, lo que señala un enfrentamiento en el seno del Gobierno alemán.
Schäuble ya ha rechazado en el pasado la sugerencia de que perdonarle la deuda resolvería los problemas griegos, insistiendo en cambio en que Atenas tome acciones para impulsar la competitividad y reformar su administración.
Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional se niega a seguir prestándole plata a Atenas a menos que ponga en práctica austeridad extra o que otros países de la eurozona accedan a reducir su deuda.
En una carta a los ministros de Economía de la eurozona, la directora del FMI, Christine Lagarde, ha llamado a que se discuta la deuda griega y su programa de austeridad. Lagarde dijo también que el FMI no espera que Grecia consiga sostener el superávit de 3,5% al que se había comprometido en el rescate 2015.
“El FMI no se fía de Grecia y reclama un mecanismo de ajuste automático (por importe de un 2% del PIB adicional) por si Atenas no consigue alcanzar sus metas fiscales, un ilusorio superávit del 3,5% del PIB en 2018. Todo el programa pivota sobre cifras difícilmente asumibles, que luego se van retocando por el camino. Esta vez es exactamente igual: el FMI presiona para rebajar la ambición de esos superávits, que deberían situarse en niveles altísimos durante décadas, algo que difícilmente logra ningún país, y menos una economía y una sociedad tan exhaustas como Grecia”, escribió El País.
En cualquier caso, los distintos actores de la Unión Europea tienen hasta el 24/05 para llegar a un acuerdo sobre cómo tratar la deuda griega.
El momento más vulnerable de la UE desde su creación
Para Marz Mazower, del periódico británico Financial Times, Berlín debe tener cuidado con lo que hace, en un momento en que la Unión Europea está atravesando probablemente el momento más vulnerable de su historia.
Luego de que el Parlamento griego aprobara las reformas al sistema de impuestos y pensiones, Mazower escribió: “Pero aún hay diferencias significativas sobre cuál debería ser el superávit presupuestario que se espera para los próximos años y más aún sobre la cuestión de la reducción de deuda. El desacuerdo entre el FMI y la UE ahora ya es manifiesto. En este punto, el FMI tiene razón y los europeos que se oponen están equivocados: no puede haber solución a la crisis griega sin ella (N de la R: reducción de deuda).”
Respecto de la controversia que hay en el seno del Gobierno alemán, con la línea dura del ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, por un lado y la oposición del vicecanciller y ministro de Economía, Sigmar Gabirel, por el otro, Mazower considera que a Ángela Merkel le convendría mucho escuchar al vicecanciller.
“La canciller Ángela Merkel puede estar tentada de ignorar a Gabriel, del Partido Socialdemócrata, que está muy abajo en las encuestas, y cuyo futuro como líder está en duda. La opinión pública alemana considera que la reducción de deuda es un favor que los griegos han hecho poco o nada para merecer, y se pregunta si esto acaba con Grecia”, escribió Mazower.
“Sin embargo, Merkel haría bien si reconociera lo que está en juego para Europa toda”, con la crisis de refugiados en su punto más álgido y los partidos euroescépticos y autoritarios -principal amenaza a los valores centrales de la UE-, aprovechando este escenario para avanzar.
El riesgo de un Estado fallido
“El Gobierno de Syriza puede haber ganado el voto en la reforma de pensiones pero estará impedido de ganar otros, a menos que Alemania y otros países del norte de Europa cedan en cuanto al alivio de la deuda”, argumenta Mazower.
Euclid Tsakalotos, el ministro de Finanzas griego, advirtió a sus pares europeos recientemente del riesgo de que el país se convierta en un “Estado fallido”. A pesar de que sus pares pueden pensar que Grecia ya es un Estado fallido, la realidad es que aún podría empeorar.
“Los griegos, que a pesar de sus profundas dificultades están haciendo un buen trabajo en ayudar a los refugiados, la saben mejor que nadie: la frontera militar neo-hasburguiana que se está erigiendo en el sudeste europeo para mantener a los refugiados afuera, no funcionará.” Y por otro lado está el tema de los Balcanes.
“En Bosnia, el Acuerdo de Paz de Dayton consiguió una cosa: que terminara la guerra. Pero 2 décadas después, Bosnia sigue siendo un Estado genuinamente fallido, y Kosovo y Macedonia también son profundamente frágiles políticamente. La Unión Europea necesita que Grecia sirva como una fuerza de crecimiento a través de los Balcanes y no como una especie de confirmación de que la Unión Europea ha decidido abandonar a la región entera”, considera Mazower.
“No hay otra buena alternativa que ayudar a los griegos en la tarea enorme que los confronta”, concluyó.