“Cuando hablamos de volumen financiero, el Reino Unido significa casi tanto como lo que se hace en el resto de Europa”, dijo Nacho Ormeño, cofundador de StartupXplore–una comunidad de inversión en startups- al diario digital español El Confidencial.
Advirtió, él además que su sector estará entre los más duramente castigados. Entre 2010 y 2015, las empresas tecnológicas de servicios financieros (“fintech”) ubicadas en el Reino Unido obtuvieron US$ 5.400 millones, frente a los US$ 4.400 millones del resto de Europa, explicó Rodrigo García de la Cruz, director de Innovación y Tecnología Financiera del IEB (Instituto de Estudios Bursátiles), al medio digital español Eldiario.es/
La inversión en este sector en Reino Unido e Irlanda supone el 42% del total europeo, según Accenture, con un crecimiento del 136% en 2015, hasta 623 millones de libras. “Un papel preponderante que ahora pueden perder”, escribió Marta Garijo de Eldiario.es/ Gracias a su marco regulatorio, Gran Bretaña se había convertido en “el gran epicentro fintech mundial”, explica García de la Cruz, rivalizando con Estados Unidos.
Además, él agrega que “el país estaba llamado a ser el principal impulsor de la innovación financiera y tecnológica” del otro lado del Atlántico (con el permiso de Asia Pacífico). Sin embargo, el Brexit llevará a que muchas de las empresas fintech busquen relocalizarse para mantener el acceso al mercado único, en sitios como Alemania, Francia o Luxemburgo.
“La City londinense, además de centro neurálgico de la banca, se ha convertido en la sede de las empresas de servicios financieros online, conocidas como fintech. La decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea pone en entredicho el papel de Reino Unido como base de esta industria”, explica Garijo.
Johnson y Farage: los Poncio Pilato del Brexit
Mientras tanto, las 2 figuras principales en favor del Brexit, han renunciado a posiciones de liderazgouna vez concretado su objetivo.
“Los gloriosos héroes del Brexit de ayer son los héroes tristes de hoy”, dijo Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, en referencia a ellos 2.
Por un lado está Nigel Farage, quien hace 20 años hace campaña para que el Reino Unido salga de la UE y, ni bien lograda su meta, dimitió como líder del UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido).
Por el otro, Boris Johnson, ex alcalde de Londres y principal portavoz del Brexit, quien se bajó de la carrera a 1er. Ministro.
“El debate estridente sobre si el Reino Unido debería continuar como miembro de la Unión Europea, estuvo atravesado por mentiras y malas interpretaciones, algunas sobre las cuales los defensores del Brexit están arrepintiéndose explícitamente–escribió Kathleen R. McNamara en la revista Foreign Affairs; hasta la prensa británica ha dado marcha atrás sobre su apoyo grandilocuente al campo de la salida.
Uno de aquellos a los que se refiere es a Kelvin MacKenzie, ex editor del diario británico The Sun, quien ha admitido estar arrepentido de haber apoyado al Brexit. "MacKenzie ha dicho que cuando votó en favor de la salida, sintió poder, como que por primera vez en su vida, su voto contaba. 4 días después–relató-, no me sentía igual. Tengo remordimiento del comprador. Un sentimiento de tené cuidado con lo que deseas. A decir verdad, tengo miedo de lo que podría venir”, admitió.
¿Invocar o no invocar… el Artículo 50 del Tratado de Lisboa?
Dado que el referéndum del 23/06 no fue vinculante, quien suceda a David Cameron como 1er. Ministro (ya anunció su renuncia) deberá invocar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa para dar formalmente comienzo al proceso. Pero aquí comienzan las controversias legales.
“Primero vino la confusión económica y política que siguió al voto del Brexit. Ahora, inevitablemente, vienen los abogados”, escribió el semanario británico The Economist.
Mishcon de Reya, una firma de abogados de Londres, apoyada por el abogado senior David Pannick, está preparando una demanda a la Corte para que el Gobierno no pueda legalmente invocar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, sin que haya previamente un acta formal del Parlamento. Se cree que un acta así sería bloqueada en una o ambas cámaras parlamentarias, ya que tienen una mayoría en favor de la permanencia.
Otro abogado senior, Matin Howe, insiste en que el referéndum en torno al Brexit no solo permite sino que exhorta a invocar el Artículo 50, sin la necesidad de ningún acta parlamentaria.
Alan Renwick, de la unidad constitucional del University College de Londres, dice que hay un imperativo político para que el próximo 1er. Ministro lleve a cabo una votación parlamentaria antes de invocar el Artículo 50. Pero es difícil imaginar que los parlamentarios elegirían ir contra la decisión de la mayoría en el referéndum del 23 de junio. La cuestión central, por ende, no es sí debe ser invocado el Artículo 50 o no, sino cuándo debe ser invocado.
Tal como sucede casi siempre, concluye The Economist, será la realidad política la que termine superando los argumentos de los abogados.
Theresa May y Andrea Leadsom: posibles sucesoras de Cameron
Las dos principales candidatas dentro del Partido Conservador a suceder a Cameron actualmente son Theresa May y Andrea Leadsom, una anti-Brexit y otra pro-Brexit, ejemplos de la confusión e indefinición que hay en la sociedad inglesa acerca de su pertenencia a la Unión Europea y su construcción del futuro.
May es la actual ministra del Interior del Reino Unido, y se espera que si ella es la sucesora, querrá retrasar lo máximo posible la invocación del Artículo 50, para darle tiempo al Gobierno a definir su postura de negociación y tener charlas preliminares con los socios de Gran Bretaña en la Unión Europea antes de empezar la cuenta regresiva (una vez invocado el Artículo, el país debe dejar de ser miembro dentro de los 2 años siguientes).
Leadsom, en cambio, quiere invocarlo cuanto antes, para acelerar el proceso del Brexit.
Para The Economist, quien gane deberá tomar ciertos recaudos, ya que ambas visiones conllevan riesgos.
Una vez invocado el Artículo 50, no solo que se establece una línea de tiempo de 2 años, sino que se brinda mayor poder de negociación a los otros 27 países dentro de la UE, que pueden acordar los términos del Brexit para Gran Bretaña sin que el país tenga el poder de veto, explica el semanario británico. Por eso se debe ser cauto respecto de no invocarlo demasiado rápido.
Sin embargo, el retraso también tiene sus problemas: daría la impresión de titubeo tras un claro resultado en el referéndum. Y otros líderes europeos podrían negarse a entrar en negociaciones formales hasta que el Artículo 50 sea invocado, precisamente porque les da mayor poder en la negociación.
Hay otro factor elemental: si el proceso se retrasa, tal como plantea May, hasta el final del año o principios de 2017, caerá en medio de la caliente campaña presidencial francesa.
Holanda, Alemania y probablemente Italia también se encaminan a elecciones riesgosas el año que viene. “Consideraciones políticas domésticas harán aún más difícil para otros líderes europeos ayudar al próximo Primer Ministro británico, quien sea que él –o, casi seguro, ella- sea”, advierte The Economist.