Según ejecutivos de bancos italianos consultadas por el diario británico Financial Times, una solución privada, tal como esperaban los directivos del banco Monte dei Paschi, está descartada y el Estado tendrá que inyectar dinero público.
Hasta el lunes 05/12, el Monte dei Paschi insistía en la viabilidad de su plan de recapitalización privada, tras un compromiso de Qatar de aportar 1.000 millones de euros mediante la conversión de deuda en acciones.
Pero no es suficiente ni se concretó, y para el Financial Times, el rescate del Estado será anunciado el próximo fin de semana.
En tanto, la agencia Reuters señala que las "medidas para facilitar la ayuda pública" a Monte dei Paschi están ya preparadas, si bien se tomará una decisión en "unos días" cuando se despeje la situación política.
La renuncia de Matteo Renzi a jefe del Ejecutivo italiano, tras perder el referéndum para una reforma constitucional habría ahuyentado a los posibles inversores privados interesados en acudir a la ampliación de capital. Por ejemplo, la inversión del fondo de Qatar, de unos 1.000 millones de euros, pieza clave de un plan que exige una inyección de 5.000 millones de euros de aquí a fin de año.
JPMorgan Chase y Mediobanca, asesores de Monte dei Paschi, han estado trabajando con Pier Carlo Padoan, ministro de Finanzas italiano y candidato a sustituir a Renzi, para convencer a la Autoridad de Inversiones de Qatar para que inyecte el dinero al banco italiano, asegura Financial Times. Pero el resultado del referendo cambió todo.
El diario Il Sole 24 Ore, por su parte, asegura que directivos de Monte dei Paschi se reúnen hoy (martes 06/12) con responsables del Banco Central Europeo (BCE) para presentarle un plan B de recapitalización, que incluye una inyección pública. Según este periódico, los ejecutvios de la entidad aún esperan una decisión definitiva por parte de Qatar y "otros potenciales inversores".
El N°3
Banca Monte dei Paschi di Siena S.p.A. es el banco en operaciones más antiguo del mundo: fundado en 1472 por la Magistratura de la ciudad de Siena, Italia, como un monte de piedad, ha estado en servicio ininterrumpidamente desde entonces.
Los Montes de Piedad (del italiano Monte di Pietà) eran entidades benéficas donde los pobres podían obtener sumas en metálico empeñando sus pertenencias (crédito prendario) y así satisfacer sus necesidades más primarias.
Su origen está en el Norte de Italia, durante el siglo XV, promovidos por los franciscanos: las personas que se veían obligadas a pedir préstamos usualmente debían pagar intereses del 30% al 200%, lo cual encarecía el acceso al crédito de los campesinos, artesanos y pequeños comerciantes. Entonces, los franciscanos organizaron los montes de piedad, los cuales otorgaban préstamos (crédito) sin intereses sobre una prenda dejada en garantía.
En el caso del Banca Monte dei Paschi di Siena, es un banco comercial con 3.000 oficinas, 33.000 empleados y 4,5 millones de clientes en Italia, y negocios en el extranjero.
En 2007-2008, compró Banca Antonveneta al Grupo Santander por 9.000 millones de euros, y se convirtió en el mayor banco N°3 de Italia por detrás de Unicredit e Intesa Sanpaolo.
Acelerando
Luego de la derrota de Matteo Renzi, los banqueros se han quedado sin soluciones privadas para Monte dei Paschi di Siena, y han pedido a la entidad de crédito que se prepare para un rescate estatal. Aunque los mercados financieros respondieron con relativa calma al resultado de la votación, fuentes al tanto de la situación señalaron que la situación política "dificultaba" asegurar la inversión de Qatar, de la que depende el plan de recapitalización del banco.
Para evitar la opción de imponer pérdidas a los pequeños bonistas, que poseen 2.000 millones de euros en deuda del banco, se está diseñando un plan para garantizar la plena devolución de los primeros 100.000 euros a todos los tenedores de bonos junior, según las informaciones 'off the record'.
Los bonos y los depósitos senior no se verían afectados. También es probable que el banco siga adelante con sus planes para desprenderse de 28.000 millones de euros en préstamos incobrables, colocándolos en un vehículo de titulizaciones con el respaldo del Gobierno.
El Monte dei Paschi di Siena es el banco que peor nota sacó en los exámenes de resistencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA).
Desde entonces tiene un plan para despedir a 2.600 empleados –casi el 10% de su plantel— y cerrar unas 500 sucursales en 3 años, un plan estratégico 2016-2019 que prevé también la cesión de 27.600 millones de créditos morosos, una ampliación de capital de 5.000 millones de euros y el abandono de algunos de sus negocios.
Según Marco Morelli, CEO de la entidad desde septiembre,“el aumento de capital será realizado antes de finales de año si se dan las condiciones de mercado”.
Es la pata que falla en la mesa del salvataje y por eso el Estado. Durante los meses de junio y julio, la extrema debilidad del sistema bancario italiano, con el Monte dei Paschi en caída libre y otras muchas entidades sepultadas bajo el peso de 350.000 millones de euros de créditos dudosos (el 13% del total), se convirtió además en un gran problema político para Matteo Renzi, enfrascado en un ambicioso paquete de reformas constitucionales que fracasó.
El 12% de las obligaciones emitidas por los bancos italianos —en un intento de salvar el desequilibrio entre los préstamos efectuados y los depósitos recogidos— fueron adquiridas por familias. Serían por tanto esos miles de pequeños ahorradores italianos —un porcentaje que no tiene parangón en Europa— los que terminarían pagando el pato de la mala gestión bancaria.
Sin duda sería un terremoto social con consecuencias políticas.
Alberto Bisin, profesor de Economía en la New York University, explicó en julio que la crisis bancaria italiana tiene el riesgo de convertirse en un problema social: “Que nuestros bancos estén peor que los de otros países es debido a la debilidad de la economía italiana, pero también porque el sistema bancario es increíblemente ineficiente y clientelar. Los créditos se han concedido demasiados veces en función de los contactos con la política. Es difícil establecer cuántos de los créditos son debidos a la crisis y cuántos a la estructura clientelar, pero el Monte dei Paschi es el ejemplo de cómo un banco ha sido gestionado durante décadas según los intereses del Partido Comunista, primero, y luego del Partido Democrático. La colusión entre la política local y el banco ha sido total”.