Los principales fabricantes de automóviles que operan en USA tienen previsto mostrar en el Salón del Automóvil de Detroit, que abre el lunes 09/01, decenas de nuevos modelos y prototipos para los próximos años, tras un 2016 en el que alcanzaron la cifra récord de ventas de 17,55 millones de vehículos.
Pero tras los últimos tuits de Donald John Trump, en vez de dedicarse exclusivamente a promover las últimas tecnologías, como la conducción autónoma y nuevos productos, los fabricantes van a tener que concentrarse en cómo responder al próximo Presidente de USA.
Especialmente, cuando los datos aritméticos, y el análisis de los porcentajes parecen contar poco cada vez Trump lanza sus mensajes a través de su cuenta en la red de microblogging Twitter (para Trump, Facebook no existe. Tampoco Whatsapp ni Instagram ni Snapshat).
La nueva víctima de Trump ha sido la compañía japonesa Toyota. Trump escribió que "Toyota Motor dice que construirá una nueva planta en Baja (California), México, para producir automóviles Corolla para EEUU. ¡De ninguna manera! Construya la planta en EEUU o pague un gran arancel aduanero".
El hecho es que Toyota no está construyendo una planta de montaje en Baja California, sino en el estado de Guanajuato, donde sí se producirán a partir de 2019 hasta 200.000 unidades del Corolla para su exportación a Estados Unidos.
Las mentiras
Según un análisis elaborado en 2016 por Cars.com/, una de las principales empresas online de servicios a los automovilistas en USA, Toyota es el fabricante, junto con Honda, con los vehículos "más estadounidenses" en el mercado, los modelos Camry y Sienna.
Pero a Trump no parece importarle.
Luego, las mentiras en sus amenazas:
* El incremento en los aranceles no son una decisión unilateral de Trump, en ella participa el Congreso.
* Y precisa renegociar no sólo los tratados de USA con México, sino con decenas de otros países.
* Además, hay que tomar en cuenta que la medida implicaría un incremento en el precio de casi todos los autos en USA, o sea una pérdida de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos estadounidenses e impactaría en muchos otros sectores de la economía.
* Por si faltara algo, no es posible incrementar los aranceles para empresas en particular. Por ejemplo, si una empresa decidiera no ceder ante las amenazas, lo más probable es que Trump no podría castigarla, porque ello implicaría dañar a las demás.
De todos modos, nadie quiere conflictos con un Presidente que comienza su gestión al frente del país más poderoso de la Tierra. Y de esto es lo que abusa Trump... por ahora.
La defensa nipona
Después de atacar los planes de inversión en el extranjero de Ford y GM, Trump embistió contra Toyota por fabricar automóviles en México destinados al mercado estadounidense, y su ataque provocó alarmas en Japón, un importante aliado de USA en Asia, además de México, donde la situación se complica a diario para el presidente Enrique Peña Nieto.
El principal vocero del gobierno japonés, Yoshihide Suga, defendió a Toyota, diciendo que la empresa ha sido “un buen ciudadano corporativo para los Estados Unidos”.
Akira Kishimoto, analista de JP Morgan, salió al cruce del desplome bursátil de Toyota: "Creemos que el impacto en el rendimiento global del negocio es limitado. Se necesita un análisis frío de la situación".
Trump se opone a los planes de Toyota a pesar de que la empresa afirma que no reducirá ningún empleo en USA. El Presidente electo amenazó con imponer un “enorme impuesto aduanero” a los autos Toyota si la planta no es construida en USA.
"Necesitamos leyes, regulaciones, expectativas, políticas anunciadas y nosotros las seguimos”, dijo el CEO de Nissan y Renault, Carlos Ghosn, en una entrevista con el diario Financial Times después de los tuits de Trump contra Toyota. "Porque esto tiene que aplicarse a todos, todos estamos en el mismo bote”.
Ghosn tiene buenos motivos para estar preocupado. Nissan podría sufrir más que otros fabricantes si Trump impone altas tarifas a los autos fabricados en México, de acuerdo con Koji Endo, analista automotriz de Advanced Research Japan.
Nissan es uno de los principales fabricantes automotrices en México, empleando a más de 14.500 personas y produciendo 850.000 vehículos al año. Cerca de 30% de los autos Nissan vendido en USA son exportados por México, según estima Endo, en comparación con solo un 5% de Toyota.
Según cálculos de JP Morgan, un alza de los aranceles aduaneros en USA a los autos importados desde México, incluso si sólo fuesen del 10%, golpearía los resultados operativos consolidados globales de Nissan en un 10.3%, más que el 5.5% que dañaría a Mazda; el 0.7% a Toyota y el 2.2% a Honda, de acuerdo con la agencia Reuters.
Las 4 automotrices japonesas en México han dicho que no tienen planes inmediatos para cambiar sus operaciones. Un ejecutivo asiático dijo a Reuters que Nissan tomó hace mucho tiempo la decisión estratégica de que México se convierta en su centro de producción en América del Norte y que sería difícil cambiarla de un día para otro.
Aún así, analistas dicen que las automotrices lo pensarán 2 veces antes de ampliar su producción en el país en los próximos años. "Mientras este Gobierno (de USA) esté a cargo, sospecho que (Nissan) no considerará más capacidad allá", dijo Chris Richter, analista de CLSA.
Otros fabricantes internacionales que usan a México para su manufactura incluyen a GM, Chrysler, Ford, Volkswagen y Hyundai, volviéndolos potencialmente vulnerables al“enorme impuesto aduanero” de Trump.
"Habría una diferencia en impacto, (pero) todos tienen una gran planta en México”, dijo Endo.
Toyota insistió que la planta de Guanajuato no afectará el nivel de empleo o producción en sus plantas en USA, y que ha invertido más de US$ 21.900 millones en USA, donde cuenta con 10 plantas de montaje, 1.500 concesionarios y 136.000 empleados.
El ministro de Comercio japonés, Hiroshige Seko, dijo que las empresas automotrices japonesas generan una “enorme contribución” a USA, apoyando el empleo de 1,5 millón de trabajadores, un estimado que incluye los empleos indirectos.
Nissan afirma que emplea directamente a 22.000 estadounidenses.
Honda, otro de los principales fabricantes automotrices japoneses, cuenta con 16.000 empleados en sus plantas de manufactura de USA, y afirma que no tiene ningún plan hasta el momento de aumentar sus fábricas mexicanas.
“Veremos cómo va cambiando la estrategia y cómo expresa algo nuevo”, dijo una vocera de Honda.
Amenaza a GM
Los hechos tampoco se ajustaron a la realidad cuando Trampo amenazó a General Motors (GM) el martes 03/01. Es el mayor fabricante estadounidense de automóviles, y Trump le advirtió sobre aranceles aduaneros por producir en México el modelo Chevrolet Cruze.
La realidad, como señaló GM poco después, es que "todos los Chevrolet Cruze sedán en venta en USA son producidos en la planta de montaje de GM en Lordstrom, Ohio".
En 2016, GM sólo importó unos 4.500 Cruze Hatch de 5 puertas producidos en México, una mínima fracción de los 190.000 Cruze vendidos en USA en 2016.
De acuerdo con el índice de Cars.com sobre el nivel de producción del sector del automóvil en USA, que se basa en origen de componentes, montaje del vehículo y nivel de ventas, la cantidad de contenido doméstico se ha reducido dramáticamente en los últimos años.
Según esta fuente, en 2016 sólo 8 modelos pueden ser considerados estadounidenses: Toyota Camry, Honda Accord, Toyota Sienna, Honda Odyssey, Honda Pilot, Chevrolet Traverse, GMC Acadia y Buick Enclave.
Esta cifra es un 30% inferior a la de 2011, pero superior a la de 2015 cuando sólo 7 modelos eran "estadounidenses".
Pero donde las palabras de Trump dejan de ajustarse en la realidad es en el punto de los empleos.
Según las estadísticas del Gobierno estadounidense, desde que el presidente Barack Obama se hizo cargo de la Casa Blanca en 2009, el número de empleos en el sector ha aumentado casi un 35%. Eso después de que en 2008, en medio de la mayor crisis del sector desde la Gran Depresión, los fabricantes eliminasen 250.000 empleos.
Sin embargo, Trump parece envalentonado después de que Ford se rindiese a la presión y anunciase el pasado martes la cancelación de una inversión de US$ 1.600 millones en México para construir una nueva planta.
Pero ni en ese caso Trump dijo algo correcto. Aunque Trump felicitó a Ford por no construir la planta de San Luis de Potosí y presumió de victoria en Twitter, el fabricante sí mantiene sus planes de producir en México el Ford Focus, que era lo que el Presidente electo quiere impedir.