La reunión que organizó el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, con Mauricio Macri para el jueves 27/04 en Washington DC tiene por única finalidad tangible “marcar agenda”.Un Presidente de USA que recibe a su par argentino en la Casa Blanca con 7 funcionarios de su gobierno apenas unos meses después de asumir, foto, título y a otra cosa.
En términos prácticos, el mandatario argentino tiene las expectativas depositadas en el almuerzo que 1 día antes compartirá en The Houstonian Hotel -uno de los alojamientos mejores calificados de la ciudad más poblada del estado de Texas- con los representantes de las principales compañías petroleras. "Voy a Houston a estimular inversiones. Apostamos a que vengan US$ 20.000 millones por año en Vaca Muerta, donde llegamos a un acuerdo multisectorial que nos costó varios meses para alcanzar", señaló la semana pasada, y lo sostuvo adelantando 1 día el viaje a Estados Unidos para estar el miércoles 26/04 a mediodía en el cónclave con los potenciales inversores. Otra señal fue la compañía que llevó: el ministro de Energía y ex Ceo de Shell, Juan José Aranguren; y al líder del sindicato petrolero Guillermo “Caballo” Pereyra.
La clave para hacer fluir la llegada masiva de capitales para que los proyectos de Vaca Muerta salten de la etapa piloto a la de desarrollo depende, principalmente, de la reducción de los costos de producción. Si bien bajaron más de un 40% en los últimos 2 años, siguen altos en comparación con los yacimientos de Estados Unidos y Canadá, en plena etapa de desarrollo. No menor es también la necesidad de atraer inversiones en infraestructura y logística que tornen a la formación neuquina de petróleo y gas no convencional más viable.
Del encuentro con Trump, Macri poco y nada espera. El director de DNI, Horacio Elizondo, rescata la posibilidad de que haya “ciertas conversaciones enmarcadas en la estrategia de acuerdos bilaterales (que el Presidente de USA prefiere antes que acuerdos multilaterales) y especialmente a través de potenciales convenios por cuotas, cupos y espacios comerciales cuantificados para productos específicos (por ejemplo en servicios, agroindustria, infraestructura pública, minerales y energía) o también alguno que genere regulaciones bilaterales específicas para algún producto”.
También cree que podría mejorar la posición de empresas argentinas ante grandes corporaciones privadas estadounidenses en torno del ingreso a sus cadenas de proveedores. Resalta en ese aspecto que, como 54 empresas de las 100 más grandes del mundo son de USA, mientras las 11 compañías más grandes del mundo son estadounidenses, el comercio mundial opera dentro de cadenas transnacionales de valor -80% del comercio global- y ellas explican, entre las multinacionales y el comercio trasfronterizo con sus proveedores, alrededor del 25% del producto bruto mundial.
Pero las asimetrías entre la 1ra. economía del mundo, que es Estados Unidos, y la 26va que según el FMI es Argentina, y que USA sea el 3er principal mercado para Argentina (absorbe 7,7% del total de las exportaciones), pero nuestro país explique sólo alrededor del 0,3% del comercio estadounidense con el mundo, no dejan demasiado margen para alineamientos comerciales.
En la misma dirección, una columna de opinión que escribió en La Nación, el profesor plenario de la Universidad Torcuato Di Tella, Juan Gabriel Tokatlian, infiere que seguramente el presidente Trump, con su énfasis pro exportación, estará satisfecho con el gobierno de Cambiemos en materia comercial.“En 2016, las exportaciones estadounidenses a la Argentina fueron de US$ 8569,5 millones y el saldo de intercambio favorable a Washington ascendió a US$ 3919 millones”, describe.
El G-20 no garpa
Tacha de la agenda el analista de política internacional que se hable del futuro del G-20, en el que Argentina accede el año que viene a la presidencia pro-tempore,“debido a que el gobierno de Trump no tolera ninguna crítica a su postura proteccionista y Macri no puede aparecer como el paladín de un neoliberalismo que hoy está severamente cuestionado urbi et orbe”, subraya.
Se hablará con Macri del equipamiento de Defensa y Seguridad que Estados Unidos pretende vender a la Argentina. Las empresas norteamericanas interpretan que las competidoras israelíes tienen ventaja en cuanto a los contratos armamentistas con la Argentina.
Sí hay un tema regional excluyente para tratar, como la crisis venezolana. Sin embargo, el mandatario argentino hará equilibrio para no quedar pegado con USA a fin de no debilitar la posición que llevará la canciller Susana Malcorra a la OEA, de formar un grupo de países amigos de Venezuela, que medien entre el gobierno y la oposición. Fue una estrategia que Malcorra conversó en el Vaticano con Francisco y su secretario de Estado, Piero Parolin, en el sentido de que el Papa pueda apartarse elegantemente del conflicto venezolano, desencantado con la falta de palabra de Maduro para cumplir compromisos y porque le hicieron saber que su intervención fue usada por el régimen bolivariano para afirmarse en el poder e inclusive reprimir la movilización popular en su contra.
Tampoco le dará Macri identidad a conversaciones sobre la migración, ya que no afectan sustantivamente a la Argentina, como sí ocurre en la relación entre México y Estados Unidos.
Pero sí pone de relieve que “es inadmisible la idea de elevar un muro entre esos países y que lo paguemos los latinoamericanos, y en ese sentido es bueno saber que en el Congreso de Estados Unidos se tramita un proyecto de ley -Border Wall Funding Act- mediante el cual se propone un cargo de 2% sobre cada remesa o transferencia que se realice hacia 42 territorios latinoamericanos y caribeños -incluida la Argentina-, con el fin de construir el infame muro”.
Elizondo descree que haya mucha tela para cortar en el comercio exterior y prefiere enfocar el encuentro para el lado de las inversiones, aunque sean genéricas por ser EE.UU. el inversor extranjero número uno en el mundo (casi US$522.000 millones en 2016), solo superado por la UE como conjunto. El País del Norte es asimismo el principal receptor mundial de inversiones extranjeras (US$385.000 millones), lo que exhibe la alta internacionalidad productiva.
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Roger Waters recordando a Donald Trump en "Pigs"
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Pero, al mismo tiempo, como USA es hoy el principal inversor en Argentina, con un stock de US$21.700 millones, lo que implica 27% del total recibido, visualiza una oportunidad para que empresas estadounidenses ya presentes puedan ampliar mercados y para que las que aún no están en Argentina accedan a nuevos negocios, lo cual tornan factible las reformas y el nuevo enfoque de Argentina en materia internacional.