El Banco Popular de China (BPC) ha advertido que se podría estar llegando a un 'Minsky Moment' o Momento Minsky en los mercados del gigante asiático. Este suceso bautizado con el nombre del prestigioso economista Hyman Minsky se produce cuando los mercados colapsan tras un periodo de excesivo optimismo.
John Mauldin, uno de los analistas económicos y financieros de referencia en USA, a finales de marzo, en Outside the Box, reprodujo la formulación en mayo de 1992 de Hyman Minsky acerca de la Hipótesis de la Inestabilidad Financiera que, con el estallido de la crisis en 2007, recuperó interés (antes, Paul McCulley en 1998 con motivo del 'affaire LTCM' -el derrumbe del hedge fund Long-Term Capital Management que arrastró a la economía de Rusia– había bautizado a esas situaciones como ‘momento Minsky’).
Mauldin explica la tesis de Minsky: la estabilidad conduce a la inestabilidad.
De hecho, en la medida en que el entorno o una tendencia permanecen en el tiempo –por ejemplo, tipos de interés bajos– los distintos agentes económicos terminan tomando decisiones irracionales, precisamente, por la creencia de que circunstancias o datos se han convertido en estructurales, han venido para quedarse (sobreendeudarse, siguiendo la misma línea de argumentación). Cuando la normalidad del ciclo se impone (normalmente por la mera aplicación de la ley de la oferta y la demanda y los puntos de equilibrio), la corrección y sus consecuencias son dramáticas (impagos, desahucios…) y generan enormes bolsas de inestabilidad para el conjunto del sistema.
Buena parte del discurso sobre la vigencia del 'momento Minsky' se enfoca en si China está a punto de sufrir este fenómeno.
Hyman Minsky, fallecido hace ya más de 20 años, dedicó gran parte de su carrera a explicar que los sistemas financieros son inherentemente susceptibles a ataques especulativos que, si duran lo suficiente, terminan en grandes crisis.
Así, en 1974 dijo: “Una característica fundamental de nuestra economía es que el sistema financiero oscila entre la robustez y la fragilidad, y esa oscilación es parte integrante del proceso que genera los ciclos económicos”.
Según Minsky, en un periodo de gran inestabilidad provocado por un largo período de estabilidad aparente y en el que los inversores arriesgaron más de la cuenta en la toma de riesgos crediticios, existen 3 tipos de deudores:
Tipo 1: el deudor completamente cubierto que puede satisfacer todos los pagos de la deuda con sus flujos en efectivo.
Tipo 2: el deudor especulativo, que podrá cumplir con el pago de los intereses pero sin amortizar nada del principal.
Tipo 3: el deudor ponzi, que ante cualquier caída no podrá pagar ni siquiera los intereses dado que se basa por completo en el aumento de los precios de los activos para seguir refinanciando la deuda.
De una forma más técnica y concreta, este 'momento' llega cuando los inversores sobreendeudados se ven obligados a vender incluso sus inversiones más sólidas para pagar sus préstamos, lo que provoca grandes pérdidas en todos los mercados y una ingente demanda de liquidez que obliga a los bancos centrales a prestar dinero a manos llenas.
Zhou Xiaochuan, gobernador del Banco Popular de China o Banco Central chino, ha reconocido que los niveles de deuda corporativa del país son relativamente altos, mientras que la deuda de las familias está aumentando demasiado rápido.Él teme que el optimismo que domina a los agentes del país pueda desembocar en una crisis de deuda o cambiaria.
"Si hay muchos factores procíclicos en la economía, los ciclos de la economía se pueden acentuar y si hay demasiado optimismo durante este periodo, la acumulación de contradicciones podría desembocar en el conocido Momento Minsky."
"Ahora debemos centrarnos en evitar este dramático ajuste", según ha explicado Zhou en el 19no. congreso del Partido Comunista de China.
Esta situación de creciente endeudamiento llevó a la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) a rebajar la nota crediticia de China de 'AA-' a 'A+ porque el país "Ha disminuido en cierto grado la estabilidad financiera".
"Prevemos que el crecimiento del crédito seguirá en los dos o tres próximos años en niveles que agravarán los riesgos financieros", indicó la firma.
En los últimos años el crecimiento chino se ha apoyado básicamente en los grandes proyectos de infraestructuras y del sector inmobiliario, financiados en su mayoría con créditos.
La economía china experimentó un crecimiento interanual del 6,8% en el 3er. trimestre del año, un ritmo de expansión que representa una leve desaceleración respecto del 6,9% registrado en los 2 trimestres anteriores.
De este modo, en los 9 primeros meses del año, el PIB de China alcanzó los 59,33 billones de yuanes (7,58 billones de euros) tras experimentar una expansión del 6,9%, 2 décimas por encima del crecimiento registrado en el mismo periodo de 2016.
Por otro lado, el gobernador ha destacado que "a veces la ampliación de la horquilla en la que se mueve el tipo de cambio del yuan es una señal de que el país se está abriendo", intentando cerrar así las especulaciones sobre los movimientos de la divisa china en los últimos años.
La inflación de China se mantuvo estable en septiembre. El índice de precios al consumidor (IPC) retrocedió levemente, lastrado por la caída de los precios de los alimentos, mientras que el crecimiento del índice de precios al productor (IPP) alcanzó un máximo en 6 meses por la demanda de productos básicos.
Fue el 8vo. mes consecutivo que este importante indicador se mantuvo por debajo de la marca del 2%.
Pero el ascenso en los precios no alimentarios se aceleró. Encabezado por el de los servicios como la asistencia médica y el alquiler de viviendas, el crecimiento de los precios se aceleró marginalmente hasta el 2,4% interanual.
Mientras tanto...
En Occidente también se analizan problemas en medio de la supuesta estabilidad.
Si la inflación internacional alcanza el 2%, los bancos centrales podrían llevar los tipos a corto plazo hasta el 2% a 2,5% en el mejor de los casos. Es decir, los tipos no van a volver a cotas consideradas normales en el pasado. Aunque las condiciones económicas permiten a los bancos centrales llevar a los tipos a corto plazo hasta el 2,5%, parece que los tipos a largo plazo seguirán inusualmente bajos.
Como respuesta a la Gran Recesión, los bancos centrales de los países desarrollados implementaron grandes compras de activos, que incluyen bonos con vencimientos superiores a los 10 años. Estas operaciones están estrechando la diferencia o spread entre los tipos a largo y corto, algo que ha sucedido en cortos espacios de tiempo durante la historia, pero no de una forma tan prolongada como se prevé que suceda ahora.
Desde la Fed de San Francisco explican que, históricamente, la rentabilidad del bono de referencia con vencimiento a 10 años (bono del Tesoro de USA) ha estado en 1,5 punto porcentual por encima de los tipos de los bonos del Tesoro a 1 año. En la actualidad, este diferencial ha caído holgadamente por debajo del punto porcentual, y la tendencia deja entrever que aún se podría estrechar más.
En el caso de USA, la Fed de San Francisco considera que la expansión del balance ha supuesto una caída de los tipos a largo plazo de un punto porcentual. Lo bueno es que este factor se puede revertir en parte con el programa puesto en marcha para reducir el balance.
Sin embargo, "la 2da. razón que está reduciendo el diferencial entre tipos largos y cortos podría no volver a niveles del pasado. El crecimiento de los diferenciales se han producido durante largos periodos de caídas de tipos".
Ahora, los bancos centrales no tienen espacio para reducir los tipos a corto plazo, por lo que sólo queda esperar a que los tipos a largo suban para que el spreads vuelva a cotas del pasado.
"El spread entre tipos a corto y largo plazo es una fuente importante de rentabilidad para los bancos", explica John C. Williams, presidente de la Reserva Federal de San Francisco.
El Banco Central Europeo reconoce en un documento llamado "Monetary policy and bank profiability in a low interest rate environment", que la exposición prolongada a los bajos tipos de interés puede ejercer presión a la baja sobre la rentabilidad de los bancos y, a la postre, sobre el crecimiento de la economía.
Las secuelas de la Gran Recesión, la transición demográfica y la débil productividad están lastrando el tipo de interés natural. Los bancos centrales mantienen los tipos cerca de mínimos históricos con la intención de llevar la inflación al 2%, algo que no está sucediendo a pesar de la fuerte caída de la tasa de desempleo en USA y la eurozona. Los salarios tampoco responden, mientras que el crédito crece por debajo de los niveles vistos en décadas previas. La normalidad está lejos de volver.