El rendimiento de la deuda pública italiana de referencia llegó a su nivel máximo en 3 meses por las preocupaciones sobre las políticas de gasto del país, mientras los inversores esperan las subastas de bonos que realizará el Tesoro italiano.
El vice1er. ministro italiano, Luigi Di Maio, dijo a un diario italiano que el déficit público del país en 2019 podría superar el techo de la Unión Europea del 3% del PIB.
El jueves 30/08, Italia tiene previsto captar unos 7.500 millones de euros en una subasta de bonos, y la pregunta es qué tasa de interés pagará.
“Hay preocupaciones sobre la deuda del Estado y también sobre cómo afecta esto a la relación de Italia con Bruselas”, dijo a la agencia Reuters el estratega de DZ Bank, Sebastian Fellechner.
Di Maio también amenazó, vía Facebook, con vetar el plan presupuestario de 7 años de la UE si el bloque comunitario no comparte la carga del arribo de inmigrantes.
El rendimiento a 10 años de Italia, utilizado como referencia para el conjunto de la deuda soberana del país, tocó un nivel máximo en 3 meses del 3,20%, con un avance de más de 3 puntos básicos (pb) en el día, mientras que el diferencial con la deuda alemana se situó en 282 pb, casi 20 pb más que el mismo día de la semana pasada.
Los costes de los préstamos a 5 años subieron 5 pb, hasta el 2,47%, el nivel más alto desde principios de junio.
La preocupación por el gasto público italiano se enmarca en los ya elevados niveles de deuda del país. Con una relación deuda/PIB superior al 130%, es una de las naciones más endeudadas de Europa.
También hay inquietud sobre la calificación crediticia del país, pues las 3 principales agencias de calificación crediticia deberán revisar el rating que asignan a Italia en las próximas semanas.
Todo ello después del respiro que le dio la oferta de Donald Trump para socorrer a Italia con la compra de bonos soberanos.
El país debe afrontar vencimientos de deuda en los 3 meses que quedan de 2018 por 121.000 millones de euros y de 2019 por 267.000 millones, en pleno proceso de normalización monetaria del BCE que desembocará según las previsiones en una subida de tipos a partir del 2do. semestre del próximo año.
Pero antes, Fitch (y luego Moody's) decidirán si rebajan el rating del país. En ambos casos, la nota de la deuda italiana se encuentra 2 escalones por encima del bono basura, pero Moody's la ha puesto ya en revisión.
En el corto plazo, los tipos de la deuda a 2 años también han remontado en las últimas jornadas. Su máximo anual lo alcanzaron en mayo, con un 2,429%, pero ya está en 1,62%.
La tensión sobre la deuda italiana se ha trasladado también a los credit default swaps (CDS), los contratos que cubren las pérdidas en caso de que un país o una compañía sea incapaz de atender al pago de su pasivo.
Quienes aseguran la deuda italiana a 5 años han pasado de 85 puntos básicos a 250 en apenas 3 meses.
Desde el Banco Central Europeo, Mario Draghi prevé retirar, en breve, la asistencia a países en crisis que consiste en la compra de bonos. Los bancos italianos descubren que el Gobierno de Giuseppe Conte querrían que actúen como prestamistas domésticos (tal como ya hicieron en 2011-2012).
Sin embargo, a todo lo anterior hay que sumar el peligro de la lira turca, y los bancos italianos creen que el costo se va muy alto.
Los analistas de Bank of America prevén 2 escenarios:
> Presupuestos que no disparen el gasto público podrían tranquilizar a los mercados y hacer bajar el diferencial hasta los 170 puntos; pero
> el Gobierno mantiene sus promesas de recortes de impuestos y de nuevos subsidios, aumentando el déficit, el diferencial podría llegar a los 400 puntos.
Los analistas de Société Générale consideran que la deuda pública griega, que en 2019 volverá a negociarse en los mercados, es más interesante que atesorar deuda italiana.
La agencia de rating Moody's ya ha anticipado que rebajará su calificación de los bonos italianos si el Gobierno, tal como anunciaron M5E y La Liga del Norte en la campaña electoral, retrocede en algunas de las reformas de los anteriores Ejecutivos.